domingo, 20 de mayo de 2012

My Fair Lady

My Fair Lady (Mi bella dama)




“My Fair Lady” está basada en la obra de teatro “Pigmalión” escrita en 1913 por George Bernard Shaw. Este musical se estrenó en Broadway en 1956 y desde entonces es probablemente una de las obras más representadas de todos los tiempos. 



AÑO                 1964
DIRECTOR         George Cukor
GUIÓN         Alan Jay Lerner (Obra: George Bernard Shaw)
MÚSICA         Frederick Loewe
FOTOGRAFÍA Harry Stradling
REPARTO         Audrey Hepburn, Rex Harrison, Stanley Holloway, Wilfrid Hyde-White. 
PREMIOS         1964: 8 Oscars, incluyendo mejor película, director, actor (Harrison). [1]
                        1964: BAFTA: Mejor película
                        1964: Globo de Oro: Mejor película: Comedia o Musical
                        1964: Círculo de críticos de Nueva York: Mejor película
                        1964: Premios David di Donatello: Mejor actor, actriz y producción extr.
GÉNERO         Musical. Romance. Comedia | Comedia romántica



[1] En 1964 obtuvo los siguientes Oscars:


Mejor Película
Mejor Actor 
Mejor Director
Mejor dirección artística en color
Mejor vestuario en color
Mejor banda sonora
Mejor sonido
Mejor fotografía en color


La película de George Cukor se presenta como una sustanciosa comedia que ilustra el poder terapéutico del lenguaje a la vez que da una elegante versión de Frankenstein en la que el lingüista Henry Higgins, se empeña en esculpir a una delicada criatura llamada Eliza Doolittle a partir de la vulgaridad de la calle.  

"My fair Lady" es una de las películas más encantadoras de la historia del Cine. 

Londres, 1912. Una tarde lluviosa en Covent Garden, al salir de la ópera encontramos a Henry Higgins (Rex Harrison), un arrogante, irascible y misógino profesor de fonética, que cree que el habla de una persona determina su futuro social. Presume de ello frente al Coronel Hugh Pickering (Wilfrid Hyde-White), también experto en fonética y admirador de sus métodos, asegurando que puede enseñar a cualquier mujer a hablar con propiedad hasta el punto de hacerla pasar por duquesa en el baile anual de la Embajada. Para ello cita como ejemplo a una harapienta y ordinaria vendedora de violetas llamada Eliza Doolittle (Audrey Hepburn), con un fuerte acento cockney [el término cockney se utiliza para denominar a londinenses de clase trabajadora del Este de la ciudad y sobre todo se refiere a la forma de hablar de éstos, que es muy particular y que a veces se identifica casi como un dialecto del inglésla cual había sufrido un percance con el público que salía de la ópera que la había enfadado y no paraba de quejarse por ello.


Eliza, cuya ambición es trabajar en una floristería, pero su acento le impide llegar tan lejos, se dirige al día siguiente a la casa de Higgins para recibir clases de dicción, aunque sólo puede pagarle un chelín por clase, estando Higgins acostumbrado a clientes con mayor poder adquisitivo. El Coronel Pickering, que está con Higgins, se siente intrigado por la idea y apuesta a Higgins todos los gastos del experimento a que no consigue hacerla pasar por una dama de la alta sociedad en seis meses, desafío que Higgins acepta.

El padre de Eliza, Alfred P. Doolittle (Stanley Holloway), basurero de profesión, se presenta 3 días después queriendo proteger la dignidad de su hija, pero en realidad sólo busca sacar algo de dinero a Higgins, que lo soborna con 5 libras esterlinas. Higgins queda impresionado con la honestidad del basurero y su don natural para la retórica, y especialmente su falta de principios. Doolittle se justifica diciendo que no puede permitírselo. Higgins recomienda entonces a Alfred Doolittle a un estadounidense rico interesado en discursos de principios morales.


Eliza se somete a diversas formas de mejorar su dicción, como hablar con la boca llena de canicas. Al principio apenas progresa, pero cuando Higgins y Pickering están apunto de tirar la toalla, Eliza vuelve a intentarlo y lo logra; instantáneamente empieza a hablar con un acento británico estándar de clase alta.

Para probarla, Higgins la lleva al palco de su madre en el hipódromo de Ascot, donde causa buena impresión con sus modales refinados, pero asusta a todo el mundo con un pequeño lapsus impropio al animar a un caballo para ganar la carrera. Higgins, que desprecia la pretenciosidad de la aristocracia, disimula una sonrisa en ese momento.


Higgins finalmente la lleva al baile anual de la embajada, donde Eliza consigue pasar exitosamente como una misteriosa dama de la nobleza e incluso baila con el príncipe de Transilvania. En el baile se encuentra Zoltan Karpathy (Theodore Bikel), un húngaro experto en fonética enseñado por Higgins. Tras una breve conversación con Eliza, certifica que es de sangre azul. Esto hace la noche más amena a Higgins, que siempre ha visto a Karpathy como un aprovechado y un fraude. 


Después de todo el esfuerzo que ella ha hecho, Eliza no recibe reconocimiento por parte de Higgins y Pickering, todas las alabanzas son para Higgins. Esto y el trato servicial que Higgins espera de ella, especialmente la indiferencia acerca de su futuro provocan que Eliza abandone la casa, dejando al profesor intrigado por su ingratitud.

Acompañada por Freddy Eynsford-Hill (Jeremy Brett), un joven que conoció en Ascot y que se ha enamorado de ella, Eliza regresa a su antiguo entorno en Covent Garden, pero descubre que con sus modales refinados, su acento y sus vestidos de marca no encaja allí. Encuentra a su padre, que había recibido una enorme fortuna del millonario estadounidense al cual Higgins le había recomendado, y está preparándose para casarse con la madrastra de Eliza (siente que Higgins lo ha arruinado, pues ahora debe regirse por unos principios morales). 

Eliza se marcha y acude a la casa de la Señora Higgins, la madre del profesor, que está muy enfadada por el comportamiento de su hijo.
Higgins encuentra allí a Eliza al día siguiente, e intenta hablar con ella y convencerla de que vuelva. En una ardua discusión, el ego de Higgins se siente dañado cuando Eliza anuncia que se va a casar con Freddy y convertirse en la asistente de Karpathy's, pues no sólo desprecia a Karpathy, sino también considera a Freddy patético e indigno de los nuevos estándares de Eliza. Eliza se siente satisfecha de hacer probar a Higgins su propia medicina y lo rechaza. Higgins admite que en vez de una carga a sus espaldas es una fuente de fortaleza, y que le gusta así, pero ella se marcha diciendo que nunca volverán a verse.

Tras una discusión con su madre, donde decide que no necesita a Eliza ni a nadie más para ser feliz, Higgins se marcha a casa insistiendo en que Eliza volverá arrastrándose a él. Sin embargo, se da cuenta que se ha acostumbrado a su rostro ("grown accustomed to her face"), y lo único que le queda de ella son grabaciones de sus lecciones de dicción que puede poner en su fonógrafo. Entonces, Eliza aparece de repente en la casa, dejando un final ambiguo.




Hagámonos cargo de que estamos ante la “madre de todas las comedias musicales” y por tanto, independientemente de los mensajes que autor y director quisieran transmitir, verla es un gran placer. Los alegres y vistosos números musicales, y las fabulosas interpretaciones no tienen desperdicio. Los diálogos son rápidos y brillantes, los personajes meticulosamente dirigidos y ese ambiente de ensueño que arropa todo el film, nos trasladan a un mundo de hadas, a un cuento de princesas donde todo es posible. Adelante queridos cinéfilos, veamos esta comedia suspendida entre la realidad y el cuento y disfrutemos de ella.

Realmente inolvidable y deliciosa película.

lunes, 2 de enero de 2012

Bienvenida al nuevo año


No hay mejor manera de empezar el año que en compañía de la familia Strauss, padre e hijos, paseando por los jardines y palacios de Viena, sumergiéndonos en el Danubio azul.La majestuosidad de la Großer Saal del Musikverein vienés abrió sus puertas para acoger, un año más, el tradicional Concierto de Año Nuevo a cargo de la Orquesta Filarmónica de Viena que se lleva celebrando en la capital austríaca desde 1939.
Y éste año tampoco me lo perdí.
Ah, especial mención (a mí me encantó) para el especial que se emitió en televisión durante la pausa: "Music in the air", en el que varios miembros de la Orquesta Filarmónica interpretaron tanto temas clásicos como modernos, contándonos una pequeña historia de amor con lugar, dónde si no, en la capital austríaca. El Cascanueces, Spain de Chick Corea, el Vals Nº 2 de Dimitri Shostakóvic, o Clair de Lune de Debussy entre otras.
Pero éste año, había más... un fantástico regalo (dos entradas) para asistir al:

Gran concierto de Año Nuevo del Strauss Festival Orchestra

El Vals del Emperador, Cuentos de los Bosques de Viena, Voces de Primavera, Champagne y otros títulos del reputado músico austríaco regresaban al Palau de la Música, inspirados en la tradicional cita musical que anualmente se celebra en Viena.
Desde la butaca se hacia casi imposible escuchar la música y retener el pie, pues que se contagiaba inmediatamente del ritmo que emanaba el escenario.
Alegria y fuerza es lo que transmitió su admirado director Mihail Agafita, [conductor of the Symphony Orchestra of Moldova] y honrado en su país con el título de "Master in Arts".
Personalmente me quedo con los valses clásicos, la alegre polka Tritsch-Tratsch y el infernal Can-Can de Offenbach. También fueron muy divertidas; "Feuerfest" con sus martillos, "Champaña" en la que aprovecharon para desear Bon Any Nou, Barcelona, "Sin preocupaciones", "El tren de las delicias" y el cierre con Voces de Primavera. Genial.








En el Palau también hubo "Bises", la soprano nos hizo cantar "Fum, fum, fum" (aquí y con un catalán muy bueno, se ganó al público) y finalmente se cerró la función con la famosa y vibrante "Marcha Radetzky", (compuesta por Johan Stauss padre en homenaje al Mariscal de Campo del Emperador Francisco José de Austria, esposo de la no menos famosísima Elisabeth de Baviera, Sissi para los amigos). Ni que decir tiene que aplaudimos en distintos momentos de la marcha al compás de la obra mientras nos dirigía el director de la orquesta. Un clásico!
El “Gran Concierto de Año Nuevo” es toda una experiencia, una combinación de calidad, armonía y emoción que fascina y conmueve. Y La música de Strauss es la banda sonora oficial del año que despunta...
Moltes gràcies, Gemma.

lunes, 17 de octubre de 2011

Larga vida a Italia!


El pasado 12 de marzo, Silvio Berlusconi debió enfrentarse a la realidad. Italia festejaba el 150 aniversario de su creación y en esta ocasión se representó en Roma la ópera Nabucco , de Giuseppe Verdi,dirigida por el maestro Ricardo Muti.

Nabucco evoca el episodio de la esclavitud de los judíos en Babilonia,y el famoso canto "Va pensiero" es el canto del coro de esclavos oprimidos. En Italia, este canto es un símbolo de la búsqueda de la libertad (en los años en que se escribió la ópera, Italia estaba bajo el imperio de los Habsburgo).

Antes de la representación, Gianni Alemanno, alcalde Roma, subió al escenario para pronunciar un discurso en el que denunciaba los recortes del presupuesto de cultura que estaba haciendo el Gobierno, a pesar de que Alemanno es miembro del partido gobernante y había sido ministro de Berlusconi. Esta intervención del alcalde, en presencia de Berlusconi que asistía a la representación, produjo un efecto inesperado.

Ricardo Muti, director de la orquesta, declaró al "Times":

"La ópera se desarrolló normalmente hasta que llegamos al famoso canto "Va pensiero". Inmediatamente sentí que el público se ponía en tensión. Hay cosas que no se pueden describir, pero que uno las siente. Era el silencio del público el que se hacía sentir hasta entonces, pero cuando empezó el "Va Pensiero", el silencio se llenó de verdadero fervor. Se podía sentir la reacción del público ante el lamento de los esclavos que cantan: "Oh patria mía, tan bella y tan perdida."

Cuando el coro llegaba a su fin, el público empezó a pedir un bis, mientras gritaba "Viva Italia" y "Viva Verdi".A Muti no le suele gustar hacer un bis en mitad de una representación. Sólo en una ocasión, en la Scala de Milan, en 1986, había aceptado hacer un bis del "Va pensiero".

"Yo no quería sólo hacer un bis. Tenía que haber una intención especial para hacerlo" - dijo Muti -.

En un gesto teatral, Muti se dio la vuelta, miró al público y a Berlusconi a la vez, y se oyó que alguien entre el público gritó: "Larga vida a Italia!". Muti dijo entonces:

"Sí, estoy de acuerdo: "Larga vida a Italia", pero yo ya no tengo 30 años, he vivido ya mi vida como italiano y he recorrido mucho mundo. Hoy siento vergüenza de lo que sucede en mi país. Accedo, pues, a vuestra petición de un bis del "Va Pensiero". No es sólo por la dicha patriótica que siento, sino porque esta noche, cuando dirigía al Coro que cantó "Ay mi país, bello y perdido" , pensé que si seguimos así vamos a matar la cultura sobre la cual se construyó la historia de Italia. En tal caso, nuestra patria, estaría de verdad "bella y perdida".

Muchos aplausos, incluidos los de los artistas en escena. Muti prosiguió.

"Yo he callado durante muchos años. Ahora deberíamos darle sentido a este canto. Les propongo que se unan al coro y que cantemos todos el "Va pensiero"

Toda la ópera de Roma se levantó. Y el coro también. Fue un momento mágico. Esa noche no fue solamente una representación de Nabucco,sino también una declaración del teatro de la capital para llamar la atención a los políticos.


Gracies Josep, per aquest enllaç!

sábado, 8 de octubre de 2011

Steve Jobs

Este es el mensaje que puede verse en la web de Apple comunicando el fallecimiento de Steve Jobs. Tenía 56 años.

"Apple ha perdido a un visionario y creativo genio, y el mundo ha perdido a un increíble ser humano. Aquellos que hemos sido lo bastante afortunados de conocer y trabajar con Steve hemos perdido un amigo querido y un inspirador mentor. Steve deja atrás una compañía que sólo él podría haber construido, y su espíritu será siempre la esencia de Apple"



La muerte de Steve Jobs provocó este pasado miércoles un luto colectivo, me atrevería a decir que por un momento..., nos olvidamos de "la crisis".

Mítica figura de la revolución tecnológica, había dejado en agosto la conducción de la empresa creadora del iPad. Fue poseedor de una personalidad carismática, casi más propia de una estrella del espectáculo que de un hombre de negocios.

Me ha llamado la atención la diversidad de titulares que he encontrado y que vienen de publicaciones muy distintas, todas convergen en alabar a éste genio: "Steve Jobs, el presidente ejecutivo más exitoso en los últimos 25 años, el genio de los negocios de nuestra generación". "Visionario" cuya obra "contribuyó ampliamente a dar forma a la era informática", "creador genial que cambió el mundo", "más que la tecnología, cambió el mundo" etc. Probablemente, cuando tanta gente coincide es seguro que en buena parte aciertan. Es muy esclarecedora la página de Wikipedia o por lo menos muy ilustrativa.

Especial mención tiene el video (personalmente me impresionó cuando lo vi por primera vez hace un par de años) que acompaño.



"Ser el más rico del cementerio no es lo que más me importa. Acostarme por la noche y pensar que he hecho algo genial es lo que más me importa" (Steve Jobs) .


jueves, 8 de septiembre de 2011

El discurso y su actualidad

Este pasado mes de Agosto, concretamente el día 12, se cumplió el centenario del nacimiento de un gran mito: Cantinflas. [Ver entrada en Wikipedia]

Me acordé de aquella famosa frase:
"Si el trabajo fuera bueno, ya lo hubieran acaparado los ricos".

Estoy seguro que hoy pertenecería al movimiento del 15 M.
Sin entrar en otras motivaciones, lo creo porque participaría de la protesta social. Sus burlas -que le hicieron tan popular- conllevan también una crítica de la injusticia social.


He recuperado una actuación sublime. Se trata de un discurso extraído de la película Su Excelencia (1966). Cantinflas domina el arte de hablar sin decir nada, pero sin embargo, se hace comprender por todos.

Lopitos, la figura que representa, un burócrata de la república de los Cocos, es nombrado embajador y debe pronunciar el último discurso en una asamblea mundial. Se le presenta un problema al tener que tratar el conflicto entre los dos grandes bloques del poder: los Verdes (el sistema capitalista) y los Colorados (el sistema comunista).

Confiesa que su pequeño país no tiene poderío militar, ni económico, ni mucho menos atómico. Pero será decisivo en el triunfo de una de las dos potencias. “Estamos viviendo un momento histórico –dice– en que el hombre científica e intelectualmente es un gigante, pero
moralmente es un pigmeo”.



Así concluye su discurso de hace 45 años, que es válido para el momento actual: “…si tan solo rigiéramos nuestras vidas por las sublimes palabras que hace 2.000 años dijo aquel humilde carpintero de Galilea, sencillo, descalzo, sin frac ni condecoraciones: ‘amaos, amaos los unos a los otros’, pero desgraciadamente ustedes entendieron mal, confundieron los términos y qué es lo que han hecho, qué es lo que hacen: ‘armaos los unos contra los otros’. He dicho”.