Calçotada

El calçot es una cebolla tierna, blanca y dulce, que cocida en fuego vivo es la base de la Calçotada. 

Este manjar tan típico tiene su ambiente, su luz y su personalidad en la ciudad de Valls, donde nació. 

Los calçots se asan lenta mente en una parrilla a fuego vivo, hasta que la parte exterior queda calcinada. Se sirven sobre teulas, y existe todo un ritual alrededor de cómo se han de comer. Se come con los dedos y mejor de pie. Lo primero es ponerse un babero (es recomendable). Lo más difícil es pelar el calçot. Para que la piel quemada salga a la primera, hay que tirar desde ambos extremos (la práctica hace mucho...). Después de sacar esta parte quemada, del interior nos aparece la parte comestible, la cual tenemos que mojar en la salsa de calçots y... se lleva a la boca echando la cabeza hacia atrás.

Hoy hemos estado en el Restaurante Mas del Plata (Pla de Santa María), muy cerca de Valls. Allí está nuestro amigo Ramón, que aunque antiguo empleado de banca (BBVA para más señas) tiene la mano rota con esto de los calçots. 

El menú de la calçotada incluye calçots de cosecha propia, salsa de elaboración artesana, carne de cordero, longaniza, butifarra negra y panceta (todo cocido a la brasa y acompañado con alioli), judías blancas, alcachofas y patatas al caliu. 

De postres, naranjas y crema catalana. El pan, vino, agua, cava y café también se incluyen. 

El primer plato, son las teulas de calçots, se pueden llegar a comer 6,10,15, 20, ... Aunque ya estés saciado, los calçots siempre van seguidos de una parrillada de carne y butifarras, acompañado de judias, alcachofas y patatas al caliu, ahora con salsa all-i-oli. Luego de postre te sirven naranja, pelada y cortada a rodajas (va muy bien porque ayuda a "bajar" y a continuación un plato de crema catalana...  Uf!

            

 Una de las ventajas que tiene ir a éste restaurante, es que está 

en una urbanización (Mas del Plata) que luego  tras la copiosa comida, puedes pasear por ella -yo lo recomiendo- hasta la estatua de Mazinger Z. Pues sí, se trata de una estatua de 10 metros del famoso personaje de Mazinger Z construida en fibra de vidrio y que preside esa urbanización desde hace más de 25 años. Parece ser que lo que se pretendía era construir una especie de parque homenaje a los dibujos animados o algo así, que nunca se llegó a acabar. De todo este fastuoso proyecto,sólo ha quedado ésta estatua que se ha convertido en lugar de culto y peregrinaje tras una buena calçotada.   Puños Fuera!