viernes, 19 de junio de 2009

Yo estuve en Montmeló



Este pasado domingo ganó el Gran Premio de Catalunya de MotoGP con un tiempo de 43:11:897 al superar a su compañero de equipo Jorge Lorenzo en la última curva del Circuito de Montmeló, después de un primer y apasionante duelo directo entre ambos pilotos, culminado con una extraordinaria última vuelta.
Separados en la línea por 95 milésimas de segundo, Rossi y Lorenzo ofrecieron un extraordinario pulso deportivo.

Recién entrado en la treintena, el ocho veces campeón del mundo no deja de alimentar su mito. Su carisma está a la altura de sus gestas deportivas. Su sonrisa y simpatía seducen hasta a su más acérrimo rival. Por eso la "marea amarilla" inunda todos los circuitos del Campeonato del Mundo. Su dorsal, el número 46, es ya un icono del deporte.

Para Lorenzo, Rossi ha dejado de ser un maestro del motociclismo para convertirse en su gran rival. Ambos pelearon por la victoria con la ambición de los campeones. Lorenzo, que salió desde la "pole", gobernó casi toda la carrera y dejó en el camino a todos los rivales, salvo al italiano.

Al estilo de las grandes ocasiones, todo se decidió en la última vuelta. Rossi superó a Lorenzo en la recta principal. El mallorquín, todo ambición, volvió a adelantarle en una maniobra que parecía definitiva. Ya en la última vuelta, Rossi arriesgó del todo. Se llevó el premio final, con Lorenzo pisándole los talones, ante el éxtasis de la grada de Montmeló, dividida entre las dos Yamaha: Lorenzo corría en casa, pero el carisma de Rossi es, de momento, incomparable.

La explosión de emoción de Valentino Rossi tras su victoria victoria en el Gran premio de Catalunya quedó latente y es que 'Il Dottore', que ya lleva 99 victorias en el casillero, dejó claro que ésta merece un lugar especial en el recuerdo: "... creo que puedo decir ha sido una de las mejores de mi carrera deportiva"


Para todos los aficionados congregados en Montmeló (e incluso para mí, que no lo era), creo que a nadie se le escapó que estábamos ante una carrera excepcional. Que habíamos vivido una última vuelta histórica.

Y que por encima de todo habíamos visto a un piloto sorprendente, que con treinta años, todavía es capaz de dejar a todos ¡con la boca abierta! y que además es todo simpatía; es que como dicen: "Rossi siempre ríe..."


Os dejo una hecho histórico al que yo asistí en directo:



0 comentarios: